Vistas de página en total

lunes, 28 de noviembre de 2011

Analizar los te quiero

¿Cuantos te quieros dices en toda tu vida? ¿Recuerdas alguno en especial? Hay miles de millones    de te quieros y cada uno de ellos son para una persona distinta: para un padre, para tu hermana, tus abuelos, tus amigos, tu pareja... Toda aquella gente que te formó y que te hicieron como eres ahora. Por eso un te quiero resume toda una vida, todo el calor que has recibido, ese cariño con un abrazo, un beso o una mirada..ahí está el te quiero más sincero que podrás recibir jamás. Por eso cuando veas cada foto sonríe, cada vez que recuerdes sonríe porque ha sido tu pasado, y si ahora eres feliz o intentas serlo piensa que llevas muchos años viviendo. ¿Después de tanto tiempo no lo harás tan mal verdad? Sonríe y di te quiero, pero un te quiero sincero, diferente al resto.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Perdona si sobra algún tabique emocional

Me encanta, es un fragmento del libro de Risto Mejide, este hombre nunca ha sido santo de mi devoción pero esto me ha emocionado muchísimo.
Perdona si huele un poco a cerrado, hacía mucho tiempo que nadie se alojaba aquí, y menos aún con la intención de quedarse. Que corra el aire, que entre tu luz, que pinten algo los colores. Yo, por mi parte, lo he dejado todo dispuesto para que no quieras mudarte ya más. Puedes dejar tus cosas aquí, entre los años que te busqué y los que te pienso seguir encontrando. Los primeros están llenos de errores, los segundos, teñidos de ganas de no equivocarme otra vez. El espacio es tan acogedor como me permite mi honestidad. Mis recuerdos, los dejé todos esparcidos por ahí, en cajas de zapatos gastados y fotos guardadas no sé donde. No pises aún, que está fregado con lágrimas recientes, y podrías resbalar. Yo te aviso. El interruptor general de corriente está conectado a cada una de tus sonrisas. No sé si te lo había comentado antes, pero la estufa la pones tú. Y hablando del tema, he intentado que la temperatura del agua siempre estuviera a tu gusto, pero si de vez en cuando notas un jarro de agua fría, eso es que se me ha ido la mano con el calentador. Sal y vuelve pasados unos minutos. Discúlpame si es la única solución, eso es lo que tengo yo; a estas alturas ya no me fabrican los recambios. Tampoco acaba de funcionarme bien la lavadora. Hay cosas del pasado que necesitan más de un lavado, es inevitable. Y hay cosas del futuro que, como es normal, se acabarán gastando de tanto lavarlas. Eso sí, no te preocupes por lo que pase con las sábanas, que las mias lo aguantan todo. Para acabar, te he dejado un baño de princesa, una cama de bella durmiente, un sofá de puta de lujo y algo de pollo hecho en la nevera. Para que lo disfrutes a tu gusto, eso sí, siempre que sigas reservando el derecho de admisión. Aquí no vienes a rendir cuentas, sino a rendirte tú. El resto, no sé, supongo que está todo por hacer. Encontrarás que sobra algún tabique emocional, que falta alguna neurona por amueblar y que echas de menos, sobre todo al principio, alguna reforma en fachada y estructura.
Dime que tienes toda la vida y yo voy pidiendo presupuestos.

martes, 15 de noviembre de 2011

Vanas esperanzas




Si, así es. Desde que te fuiste no es lo mismo. Es cómo si algo dentro, muy dentro de mí, me exigiera paciencia. ¿Qué quiere decir exactamente tener paciencia? Dímelo tú, porque yo ya no lo sé. Yo sigo aquí esperandote. Y te esperaré hasta que mis ojos se cansen de mirar tu foto, hasta que mis labios ignoren tu nombre y mis palabras tropiecen con otra persona, otra que no seas tú. Sólo espero que cuándo ese día llegue, ya hayas decidido lo que vas a hacer con todo esto. Aunque no lo veas, mis sueños siguen ahí, anclados en ésa roca. ¿Dónde irán las promesas que no se cumplen? ¿Volverán para hacerse realidad, o, simplemente se transformarán en ceniza para acabar en tu triste cenicero? A veces me da miedo el pensar que algún día te puedo olvidar. Eres lo más bonito que tengo a mi alrededor. Tú eres el único en el que confío plenamente, aunque no estés aquí para comprobarlo. Cerraría los ojos y me dejaría guiar por ti ¿Dónde me llevarías? No lo sé. Lo importante es que tú serías mi guía, y ¿el destino?… ¿A quién le importa? Iría contigo al fin del mundo, a un desierto o a la mismísima selva tropical, llena de arañas, tarántulas y bichos insoportables y asquerosos. Simplemente con el fin de estar contigo me transformaría en colilla para acabar en tu boca, y poder saborear el dulce aroma de tus labios. Me subiría en un tren, no me importa el destino si tú estuvieras esperándome en la parada. Me equivocaría mil billones doscientos setenta y seis mil millones, seiscientos veintiocho mil setecientos cuarenta y ocho veces, para saber lo que se siente y aprender de mis errores. ¿Serás tú mi peor error? No lo sé… Sólo dame tiempo para comprobarlo.